
En busca de Ragnar Lothbrok
uchamos. Así es como hemos ganado. Y esta es la forma en la que moriremos.” Son palabras de Ragnar Lothbrok, protagonista de la exitosa serie ‘Vikingos’, emitida por el canal History y HBO España, y una de las figuras míticas de la era vikinga. Rey de Dinamarca y Suecia durante el siglo VIII, la historia de Lothbrok es la historia de los vikingos nórdicos, una cultura moldeada por la dureza del clima y la geografía única de Escandinavia.
Ragnar Lothbrok (tanto en la historia como en la serie) fue un monarca desafiante, ambicioso, rebelde, y sobre todo, un gran marino innovador que con determinación y audacia se lanzó a conquistar Inglaterra y Normandía en contra de la opinión del resto de gobernantes. La tradición marinera, muy presente en el espíritu danés, debe su herencia a estos primeros navegantes que fueron pioneros en embarcarse en mar abierto. Individualismo y democracia sentaron las bases en la sociedad vikinga, donde destacaba el papel igualitario de la mujer, que también podía ser guerrera. Lagertha, la primera mujer de Ragnar, participó en numerosas batallas.

A la salud de Odín
Aarhus, la segunda ciudad más grande de Dinamarca, cuenta con la celebración anual del festival Viking Moot durante el mes de julio. Un encuentro donde la era vikinga vuelve a ser real. Artesanía y comida tradicional se mezclan con guerreros, caballería de la época y clásicas embarcaciones ‘drakkar’.
A día de hoy, cuesta creer que desde Copenhague, la capital del ‘hygge’, se aventurarán estas tribus hace 1200 años para escribir uno de los periodos más emocionantes en la historia de Dinamarca. En su museo Nacional se exponen joyas, monedas, armas y otras piezas vikingas que demuestran que, además de guerreros, los vikingos fueros poetas, agricultores, artesanos y comerciantes. Y desarmando algún que otro tópico, no bebían de cráneos humanos, no usaban cascos con cuernos, y no eran mucho más violentos que cualquier ejército de la época.
En el fiordo de Roskilde, a 30 kilómetros de Copenhaghe, se encuentra el Museo de Barcos Vikingos (Vikingeskibsmuseet), que expone cinco embarcaciones vikingas -‘drakkar’- reconstruidas a partir de restos recuperados del propio fiordo. Los ‘drakkar’ (dragón) eran barcos largos, estrechos, livianos y con remos a lo largo del casco. Este diseño les permitía deslizarse entre las rocas y niebla de los helados mares de Escandinavia y maniobrar rápidamente en las batallas.

Para descubrir los asentamientos vikingos más importantes en Dinamarca hay que cruzar hasta la escarpada península de Jutlandia. Allí los acantilados dan paso a extensos pastos verdes y afiladas montañas en un viaje que se puede hacer por carretera o en el tren que recorre la costa. Las primeras huellas vikingas empiezan en Ribe, el pueblo más antiguo de Dinamarca, situado al sur de la península. Fue un importante centro comercial durante la era vikinga y además de visitar su museo, se puede pasear por una aldea y mercado vikingo reconstruidos a tamaño real. En Hobro, cerca del fiordo de Mariager, se levanta Fyrkat, la fortaleza defensiva vikinga más antigua del país. Una visita a las 16 casas construidas dentro de la muralla circular permite aproximarse al estilo de vida vikingo.

También en Jutlandia se encuentra el puerto vikingo de Bork, donde es posible caminar entre las milenarias piedras rúnicas de Jelling. Una serie de montículos funerarios construidos en honor a reyes vikingos. Declarado Patrimonio de la Humanidad, es uno de los lugares claves de la historia danesa por la conservación de la escritura de runas, muy utilizada por los antiguos escandinavos. Siguiendo hacia el norte, cerca de la ciudad de Aalborg, se llega hasta otro monumento funerario, Lindholm Høje, el cementerio vikingo más importante de Dinamarca. Sus 700 tumbas de piedras, triangulares para los hombres y ovaladas para las mujeres, están marcadas con dibujos que datan de la Edad de Hierro.
Más allá de Aalborg, las huellas vikingas se van perdiendo hasta la costa más septentrional. Donde termina la frontera de Dinamarca y el mar del Norte se separa del mar Báltico. Allá donde la curiosidad por lo desconocido impulsó a Ragnar Lothbrok a saltarse las reglas y convertirse en leyenda.